El Sábado Santo corresponde al segundo día del Triduo Pascual. Las ceremonias litúrgicas
correspondientes al Sábado Santo varían en función de las zonas geográficas en las que se profesen
distintas religiones. Así, en algunas iglesias anglicanas, incluida la Iglesia Episcopal en los
Estados Unidos, se ha previsto una sencilla Liturgia de la Palabra en este día, con las lecturas
que conmemoran el entierro de Cristo. Muchas de las iglesias de la comunión anglicana, así como
luterana, metodista, y algunas otras iglesias celebran la mayor parte de las misas; sin embargo,
sus altares pueden ser cubiertos en negro en vez de ser despojados como ocurre en otras
religiones.
En las iglesias católicas romanas, después de la Misa de
Jueves Santo
la administración de los sacramentos disminuye y la celebración de misas son menos numerosas el día
del
Sábado Santo. El
Viernes Santo y el
Sábado Santo
se pueden oficiar misas para situaciones de extrema gravedad o solemnes, con dispensa de la Santa
Sede o del obispo local.
Por la tarde, los fieles tradicionalmente se reúnen en la iglesia para la
lectura de los Hechos de los Apóstoles en su totalidad. Precediendo a la medianoche comienza la
Vigilia Pascual,
durante la cual el Canon del Sábado Santo se repite. Entonces, todas las velas y las luces de la
iglesia se extinguen, y todos esperan en la oscuridad y el silencio de la proclamación de la
Resurrección de Cristo. Los creyentes, mientras esperan en silencio, tienen la posibilidad de
meditar sobre conceptos relacionados con su vida y sobre valores globales que fueron transmitidos
por las sagradas escrituras.
El factor solidario se hace pues muy relevante en la práctica de las
celebraciones del Sábado Santo y se hace extensible a todas las celebraciones de la
Semana Santa,
pero en general, dicho factor solidario es el que impregna la fe en muchas religiones. El concepto
de solidaridad se hace complementario al recogimiento espiritual individual característico del
periodo litúrgico referido.
Las ceremonias del Sábado Santo duran hasta 18:00 horas o al atardecer, después
de lo cual se celebra la Vigilia de Pascua, que marca el inicio oficial de la temporada de
Pascua.
Se considera que la Vigilia de Pascua debe tener lugar durante la noche; comenzar después del
anochecer y terminar antes del amanecer. El servicio puede comenzar con un fuego y el encendido de
un nuevo cirio pascual. En la religión católica romana y la anglicana, la Misa del Sábado Santo es
la primera misa que tiene lugar desde la del Jueves Santo, y durante la misma, el rezo del «Gloria»
que ha estado ausente durante la Cuaresma se hace expreso. Algunos bautizos pueden tener lugar en
este servicio y los votos de
bautismo son a menudo renovados.
El Sábado Santo toma la forma de un servicio fúnebre para Cristo en aquellas
parroquias en las que se oficia el acto litúrgico correspondiente a ese día. Un icono
característico en dicha celebración es un paño bordado con la imagen de Cristo.
La primera parte del servicio consiste en cantar el Salmo 118 con himnos
intercalados entre los versos del salmo. El tema predominante del servicio no es tanto una de luto,
sino de espera vigilante. Una oración recomendada que se reza en el tiempo de espera es el Santo
Rosario.
El Santo Rosario, es una de las oraciones de más tradición en el cristianismo.
Consiste en un rezo en el que se conmemoran los veinte misterios de la vida de Jesucristo y de
Virgen María, y entre cada uno de estos rezos se recita un padrenuestro, diez avemarías y un gloria
Patri (gloria al Padre). En esa definición están resumidos los enunciados de los elementos más
importantes de los que se compone, a los que se puede añadir, según las zonas geográficas donde se
ore, otros también relevantes. La base evangélica que da origen al rezo del Santo Rosario se ve
reflejada en la selección de los denominados misterios que, se ordenan en cuatro grupos: misterios
gozosos, misterios luminosos, misterios dolorosos y misterios gloriosos. Los misterios referidos,
se corresponden con momentos específicos de Jesús y de María, su madre, narrados en los Evangelios,
en los que se recuerda desde la Anunciación a la Virgen por parte del ángel de la concepción de su
hijo Jesús, la Encarnación de Jesús, hasta la llegada del Espíritu Santo y la coronación de la
Virgen.
Cada serie de misterios comprende cinco temas distintos para la
meditación.
Tradicionalmente, el rosario está dedicado a una de tres series de «misterios»
que suelen ser recitados de forma secuencial, uno por cada noche. Según la praxis corriente, el
lunes y el sábado están dedicados a los «misterios gozosos», los jueves se rezan los misterios
luminosos, el martes y el viernes los misterios dolorosos, el miércoles, el sábado y el domingo a
los misterios gloriosos.
Misterios Gozosos
Se rezan los lunes y los sábados de cada semana y también en el tiempo de
Adviento y Navidad y son:
- El anuncio del ángel a la Virgen María.
- La visita de María a su prima Isabel.
- El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
- La presentación del Niño Jesús en el templo.
- El Niño Jesús perdido y hallado en el templo.
Misterios luminosos
Se rezan los jueves:
- Bautismo de Jesús en el Jordán.
- La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
- El anuncio de Jesús del Reino de Dios invitando a la conversión.
- La transfiguración de Jesús.
- Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio
pascual.
Misterios Dolorosos
Se rezan los martes y los viernes y son:
- La oración de Jesús en el huerto de Getsemaní.
- La flagelación del Señor.
- La coronación de espinas.
- Jesús lleva la cruz a cuestas.
- Crucifixión y muerte del Señor.
Misterios Gloriosos
Se rezan los miércoles, sábados y domingos y en el tiempo de
Pascua:
- La resurrección del Señor.
- La Ascensión del Señor.
- La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles.
- La Asunción de la Virgen Santísima.
- La coronación de la Virgen Santísima como Reina de Cielos y Tierra.
La Iglesia celebra el 7 de octubre la fiesta de Nuestra Señora, la Virgen del
Rosario.