El Viernes Santo es un día de fiesta religiosa, considerada principalmente por los
cristianos, en conmemoración de la crucifixión de Jesucristo y su muerte en el Calvario. Se observa
el día de fiesta de la
Semana Santa
como parte del Triduo Pascual, esto es, los tres días en los que se recuerda el misterio de Jesús.
También es conocido como el Viernes de Pascua.
Con base en los datos de los evangelios canónicos, la Crucifixión de Jesús es
probable que haya sido un viernes (el día antes del sábado judío) (Juan 19:42). El año estimado de
la crucifixión es el año 3 d.C.
Según los relatos de los Evangelios, los guardias del templo, guiados por el
discípulo de Jesús, Judas Iscariote, arrestaron a Jesús en el huerto de Getsemaní. Judas recibió
dinero (30 piezas de plata) por traicionar a Jesús. Tras su detención, Jesús fue llevado a la casa
de Anás, el suegro del sumo sacerdote Caifás. Allí fue interrogado con poco resultado y envió a
Jesús a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde el sanedrín estaba reunido. El sumo sacerdote
exhortó a Jesús a responder bajo juramento solemne, diciendo «Te conjuro por el Dios viviente, que
nos digas, si eres el ungido, el hijo de Dios» Jesús dijo, «lo has dicho, y en el tiempo se verá al
hijo del hombre sentado a la diestra del Todopoderoso, viniendo sobre las nubes del cielo». El sumo
sacerdote condenó a Jesús por blasfemia, y el sanedrín coincidió con una sentencia de muerte
.Pedro, esperando en el patio, también negó a Jesús tres veces ante quien le preguntaba si creía en
el testimonio del Mesías. Los interrogatorios ocurrieron tal como Jesús habían predicho.
Por la mañana, Jesús fue llevado ante el gobernador romano Poncio Pilatos y fue
acusado de subversión, de oponerse a los impuestos del César y autoproclamarse rey (Lucas 23:1 —
2). Pilatos autorizó a los líderes judíos para juzgar a Jesús según su propia ley y ejecutar la
sentencia; sin embargo, éstos respondieron que no, puesto que estaban sometidos la ley romana. Al
enterarse de que Jesús era de Galilea, Pilatos remitió el caso a la regla de Galilea. El gobernante
de la región en aquella época era el rey Herodes, que estaba en Jerusalén para la
fiesta de Pascua.
Herodes preguntó a Jesús sobre sus afirmaciones pero no recibió de Él ninguna respuesta. Herodes
envió a Jesús de nuevo a Poncio Pilatos. Pilatos dijo a la asamblea que ni él ni Herodes
encontraban culpabilidad en Jesús.
Barrabás un delincuente revolucionario con carisma que atraía a las masas, había
sido encarcelado por cometer un asesinato durante una insurrección. Pilatos preguntó al pueblo que
qué querían que hiciera con Jesús, y el pueblo respondió: «Crucifícalo» (Marcos 15:6-14), en
beneficio de Barrabás, que fue absuelto. La mujer de Pilatos había visto a Jesús en un sueño ese
día, advirtió a Pilatos que parara en su condena porque «no tiene nada que ver con este hombre
justo. Pilatos condujo a Jesús dentro del palacio y exigió saber de dónde vino (Juan 19:1-9). Ante
la multitud una última vez, Pilatos declaró inocente a Jesús y se lavó las manos en el agua para
demostrar que él no tenía parte en esta condena. Sin embargo, Pilatos entregó Jesús para ser
crucificado con el fin de impedir un motín (Mateo 27:24 — 26) y, para conservar su empleo.
Jesús, asistido por Simón, llevó su cruz hasta el sitio de su ejecución llamado
Gólgota o Calvario. Allí fue crucificado junto a dos criminales (Juan 19:17-22). Jesús agonizó en
la cruz durante seis horas. Durante sus últimas tres horas en la cruz, desde el mediodía hasta las
15:00, la oscuridad cayó sobre toda la tierra. Jesús habló desde la cruz, diciendo «Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has desamparado?». Los cristianos y judíos bien versados en la Biblia reconocen
estas palabras como una referencia al Salmo 22. Con un fuerte grito, Jesús dio su espíritu. Hubo un
terremoto, las tumbas se abrieron y la cubierta del templo fue rasgada. El centurión de guardia en
el sitio de la crucifixión declaró, «¡Verdaderamente éste era hijo de Dios!» (Mateo
27:45-54).
Para los cristianos el
Viernes Santo
es un tiempo de espera y recogimiento en el que se ayuna y se reza; se realizan procesiones en
ciertos lugares donde los creyentes siguen a los denominados pasos de
Semana Santa,
es decir, figuras escultóricas muy elaboradas de gran valor artístico que evocan la figura de Jesús
y la Virgen María según las Sagradas Escrituras en relatos ocurridos en la semana en la que Jesús
pereció.
El
Viernes Santo
es un día de fiesta ampliamente instituido en muchos gobiernos nacionales de todo el mundo,
incluso, en la mayoría de los países occidentales, principalmente entre las naciones católicas y
los países de mayoría católica, así como en 12 estados de Estados Unidos.